miércoles, 18 de agosto de 2010

mil y una noches


Y sherezada se sentó a ver como el hombre que durante tanto tiempo había entretenido, y por el que poco a poco comenzó a sentir cariño, morir en sus brazos. Había logrado su cometido y su pasión y hermosas historias habían salvado su vida, tras mil y una noches de relatos el rey había muerto y ella era libre; y a pesar de saber eso no logró moverse. “¿qué es lo que voy a hacer ahora?” realmente nunca lo había pensado, ahora tenía todo el mundo por delante pero con qué sentido. Su función durante tanto tiempo había sido contar historias y hacer feliz a una persona que en el fondo era un niño triste y asustado que no conocía el mundo y aprendía moralejas y valores y crecía con cada cosa que le contaba. Y ahora que esa persona ya no estaba ella se sentía vacía, sentía que nadie valoraría sus enseñanzas y su pasión por contar historias tanto como lo había hecho el rey, y sentía que nadie sería tan buen público como lo había sido él. Y la pobre Sherezada lloró. Lloró y lloró hermosamente intentado que las lágrimas llenaran ese vacío incontenible en ella, pero nunca lo logró. Efectivamente su vida se había salvado, pero su razón de vivir había desaparecido.
Y yo pensé en aquella triste y solitaria Sherezada y me di cuenta que cualquiera de nosotros puede ser una Sherezada, y lloré. Pero también me di cuenta de que tenemos que empezar a vivir más por nosotros mismos, porque cuando empezamos a vivir para nosotros mismo logramos darle más a aquellos que nos rodean.

1 comentario:

  1. no se xq pero me hizo acordar a live and let die de gnr.
    hermoso flor, y como dice eminem: live today, gone tomorrow.

    te amooo ♥

    ResponderEliminar