lunes, 13 de diciembre de 2010

Los Romeos se demoran, y las Julietas se desenamoran

"Romeo, Romeo; ¿Dónde estás que no te veo?" Gritó Julieta al pie de su balcón esperando a que su amado se prensentara, tal y como lo había prometido la noche anterior; "Si no podemos vernos de día  yo vendré todas las  noches a tu ventana a recitarte dulces poesías, oh amada mía"
Recordaba las hermosas palabras de su amado y esperanzada dio un suspiro, se acomodó en el balcón y esperó. Y esperó. Y esperó.
Las horas pasaban y Romeo no podía ser visto en ningún lado; Julieta se asomo cuanto pudo sin caerse y en su rango visual no logró divisar al joven por ningún lado, pero si divisó algo que le llamo la atención: Un flor amarilla. La miró, con asombro e intrigada, era hermosa pero al mismo tiempo era un yuyo que crecía entre las endijas de piedra de la pared, y tras mucho observarla decidió arrancarla con delicadeza.
La tomó entre sus manos como si se fuera a romper y la olió, tenía un aroma desagradable, pero se veía hermosa. "Por dentro es algo, y por fuera es otra cosa completamente distinta" Y pensó. Y pensó. Y pensó.
"Romeo será igual?" Y por un momento su corazón esquivo un latido y en su mente innumerables justificaciones acerca del paradero de su amado comenzaban a formarse: ninguna le satisfacía. Así que la miró y comenzó a deshojarla al grito de "Me ama, no me ama, me ama, no me ama" Lo decía lento intentando comprender todo el significado de sus palabras pero sin lograrlo encontrar del todo, y cuando llegó al último pétalo y con un sentimiento de autosatisfacción tiró la flor al vacío y cerró la puerta de su balcón con llave.

1 comentario:

  1. I love it. madmoiselle juliette era smart.

    sos una genia negra, segui asi.

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